La sociedad del conocimiento en la que se está formando el
alumnado del siglo XXI se caracteriza porque los individuos comparten su vida
física con sus relaciones en los entornos virtuales. Son dos escenarios en los
que las personas actúan simultáneamente y que la escuela no puede descuidar en
la formación de su alumnado.
Con la educación mediática, una de las cosas que se persigue
es que el modelo educativo de la institución escolar no se desconecte nunca de
la evolución social y los requerimientos que se exigen a la ciudadanía del
futuro, teniendo en cuenta, además, que hoy en día los conocimientos perduran
mucho menos tiempo que hace unas décadas.
Por esto, las nuevas legislaciones educativas priorizan la
competencia digital como uno de los aspectos fundamentales en la formación del
alumnado y la administración educativa adquiere el compromiso de dotar de
tecnologías digitales a los centros. Además, según la legislación vigente, esta
competencia digital se debe adquirir en todas las etapas que componen nuestro
sistema educativo.
Ahora bien: como todo comienzo, no está siendo nada fácil.
Hemos de luchar contra el miedo y el alarmismo generalizado que tienen los
padres/madres, profesores/as y muchos adultos en general. Para contrarrestarlo,
es muy importante que los centros educativos enseñen a sus alumnos a crear y a
gestionar su propia identidad digital, haciéndoles ver, entre otros, que la
identidad digital que vayan a crear en la infancia o en la adolescencia les
acompañará, probablemente, el resto de sus vidas.
Según el Informe “La Educación Mediática en la Escuela 2.0”,
de eso trata la educación mediática. De que el alumnado adquiera competencias
para utilizar múltiples lenguajes para crear y leer de forma crítica, para
interactuar con otras personas de forma real y/o virtual, para participar en
las comunicaciones a través de diferentes medios y conectarse en cualquier
momento con diferentes grupos y comunidades.
Para empezar, creo que uno de los aspectos que más se debe
trabajar para conseguir implantar una educación mediática en la escuela actual,
es la de concienciar a la sociedad de que los centros educativos deben
plantearse modelos didácticos innovadores para formar a su alumnado como
ciudadanía crítica y responsable, partícipe de la sociedad en la que vive. De
nada sirve formar al profesorado y proveer a los centros de medios y recursos
para ello, si a la hora de aplicar la nueva metodología el profesorado se
encuentra a las familias y a la sociedad en general en contra de sus
actuaciones.
Por tanto, me parece muy importante la idea de que toda la
comunidad educativa trabaje coordinadamente y al unísono para que las
estrategias de enseñanza-aprendizaje cumplan los objetivos de la educación mediática.
Si toda la comunidad persigue el mismo objetivo, será mucho más fácil
alcanzarlo que si sólo lo comparten unos pocos.
No es extraño encontrar en los centros aulas de informática,
pizarras digitales, conexión inalámbrica a Internet, ordenadores de aula,
proyectores, gestores de contenidos como blogs para las revistas digitales,
plataformas para aulas virtuales, etc. Pero las tecnologías no se pueden
concebir únicamente como meras herramientas, sino que han de entenderse como
espacios de inmersión donde la vida escolar transcurra entre el espacio físico
del aula y el espacio digital del centro.
Es muy importante recalcar que gracias a estas tecnologías
digitales los centros educativos han adquirido una apertura comunicativa fuera
de sus muros escolares, nunca antes conocida. Los centros tienen mayor
facilidad para conectarse con otros centros de forma virtual y otras
instituciones y organizaciones virtuales como las redes sociales.
El principal motivo por el que creo que la enseñanza
mediática no se aplica con tanta frecuencia en la práctica real es la pereza
que pueda dar a los docentes el cambiar toda una metodología de trabajo que
llevan aplicando a lo largo de los años (sobre todo, debido a la gran falta de
desarrollos curriculares). Me parece importantísimo que se forme a los docentes
desde la universidad, y no una vez que han ejercido ya como docentes. De este
modo, poco a poco se irá incorporando personal docente al sistema educativo con
conocimientos y la suficiente fuerza anímica para poner en práctica todo lo
aprendido desde el principio de su actividad, sin necesidad de cambios a
posteriori.
Respecto a los docentes que ya ejercen, me gustaría creer
que la gran mayoría reconoce la necesidad de la educación mediática, pero se
enfrentan a demasiadas complicaciones para aplicarla (carencias en su
formación, libros de texto obsoletos, falta de desarrollos curriculares,
organización de los centros y las condiciones laborales del profesorado, la
falta de compromiso social, etc.)
De todos modos, hoy en día la enseñanza mediática existe, aunque
aún está en la fase de convivencia con la enseñanza tradicional. Creo que cada
día está recobrando más fuerza y que en un breve periodo de tiempo podremos
hablar de una Educación 2.0 que ha vencido al sistema tradicional y que ha sido
implantada en su totalidad.
¡Esperemos que ese día llegue pronto!
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